El delantero, figura en los 90, recuerda su etapa gloriosa en Boca, los goles más festejados, el día que Márcico no pudo treparse y los inicios de Román. ¡No te pierdas la nota completa este martes, a las 19, en el canal oficial de Boca en Youtube!
Sergio Daniel Martínez disfrutó del privilegio de jugar para los dos colosos de su país, de botija en el Manya y de veterano en el Bolso. Y acredita la gloria de ser el primer uruguayo y el segundo extranjero que más goles hizo para Boca. Solo lo aventaja Delfín Benítez Cáceres, aquel Machetero paraguayo que deshilachó redes en los albores del profesionalismo.
“Tuve la suerte de meter algunos goles importantes, por eso la gente de Boca me recuerda con cariño”, relata modestamente el oriental, mate humeante en mano, pelo igual de copioso que en su etapa de futbolista.
Martínez cruzó el Río de la Plata en 1992 y sus anotaciones en el Apertura contra Huracán, River, Central, Racing, Español (única en derrota) y Platense (en la penúltima fecha, al minuto) ayudaron a que Boca cortara una sequía de 11 años sin títulos locales. Igualmente vital resultó su aporte en 1993 para eliminar en la Copa de Oro al San Pablo bicampeón mundial de Telé Santana.
“No se le dio mucha importancia en ese momento, pero hoy creo que se debe revalorizar”, dice el uruguayo, autor de los goles boquenses en la Bombonera (1-0) y el Morumbí (1-1).
Perfil bajo, reacio a las entrevistas “por carácter introvertido”, Manteca era un delantero que solía arrancar por la derecha, honrando su número 7, pero entraba al área por cualquier rendija y definía de múltiples maneras. En el repaso de sus casi 100 goles (87 por los puntos) encontramos zapatazos al ángulo, resoluciones sutiles, algún cabezazo, aprovechamiento de rebotes...
Él duda poco para elaborar un ranking: “Si me das a elegir me quedo con el primero a River; uno a Estudiantes en el que dejo atrás al arquero; otro al ángulo a Independiente en Avellaneda, pisando el área, y ese a Platense en que amago un par de veces antes de patear”.
Precursor de estupendos wines derechos que llegarían a fines del siglo pasado y principios del actual, Sergio Daniel Martínez está bien arriba en la consideración del público xeneize. Casi tan alto como la trepada a aquel alambrado donde gritó su primer gol en un superclásico.