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Perfiles Xeneizes | Florencia Quiñones

La capitana de Las Gladiadoras se sumó al ciclo de entrevistas para conocer la faceta más íntima de los deportistas del club. Sus sueños en Boca, su paso por Barcelona y mucho más...

“Me voy a retirar cuando sea campeona en Boca”, avisa María Florencia Quiñones, 33 años, brazalete de capitana y tonada cordobesa imperceptible. Volante de contención o defensa central con buen cabezazo a pesar de su 1,56 metro, como demostró al convertir por esa vía el primer gol en un superclásico del torneo de AFA, Florencia vive el fútbol todos los días desde chiquita, cuando iba a ver su papá, Marcelo, lateral izquierdo de largo recorrido en Racing de Córdoba y Chaco For Ever. “Para él es un orgullo que una de sus hijas sea futbolista. Siempre me ayudó, nunca me puso presión”, cuenta. Don Quiñones integraba una zaga que salía de memoria, con Juan Ramos en el arco, Lucio Del Mul, Pascual Noriega, Osvaldo Coloccini (padre de Fabricio) y él. Los dirigía el Coco Basile y fueron subcampeones nacionales en 1980.

Nacida en Oncativo, los pagos del basquetbolista Diego Osella, Florencia empezó a patear la pelota en el Unión local, luego pasó a Flor de Ceibo y se vino a Buenos Aires cuando su nivel había crecido. “Entre 2005 y 2017 estuve en San Lorenzo, con un paso en el medio por Barcelona”, dice, como si haber jugado en el mismo club que Lionel Messi fuera apenas un paréntesis en su calificado currículum.

“Aunque no soy cholula, me saqué una foto con él, por supuesto, así me creían que había estado en Barcelona. También tengo una con Mascherano. Los dos me demostraron mucha humildad”, asegura. “La experiencia fue inolvidable, justo en esa época empezó a desarrollarse el fútbol femenino allá. Me recuerda bastante a lo que estamos viviendo hoy en Argentina”, agrega. “Ahora está todo más organizado que cuando arrancamos, hay una programación, en Boca existe la posibilidad de entrenarnos todos los días, el club se ocupa de nosotras”, resume. “Hasta nos dan viandas para comer. Ojo: si tengo que cocinar, lo hago sin problemas”, advierte, aún lejos de cualquier estereotipo.

Florencia luce entusiasmada con la cantidad de chicas que se acercan a la actividad y se imagina un futuro como directora técnica. “Me gustan los equipos que intentan jugar sin perder la intensidad. En cuanto a los sistemas, para mí depende de lo que tengas en el plantel”, explica su idea. A modo de adiestramiento para esa próxima función, mira cuatro o cinco partidos por fin de semana: “De todo, Premier, España, Superliga argentina…”. Y también, ahora que las televisan, ve repetidas las actuaciones de su Boca, el cuadro con el que quiere festejar un título.